"Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús"
Filipenses 3:14 RV1960
Hace algún tiempo una persona me escribió diciendo que comenzaría a hacer ejercicios por razones de salud; yo le contesté que sería buenísimo que lo hiciera y que personalmente también ejercitaba y que era el único camino para mejorar su estado de salud; al final de su texto escribió: „lo voy a intentar", le respondí: ¡NO LO INTENTES, MEJOR HAZLO!
El intento es el arranque, el impulso, es el primer paso, es probarnos y medirnos pero no debe ser la motivación para enfrentar las situaciones. Puede que lograr enfrentar la situación requiera de algunos intentos, lo que debemos saber que no hemos decidido intentarlo hemos decidido enfrentarlo y hacerlo. Puede que la diferencia no se vea muy grande ya que al intentarlo lo estamos haciendo, pero la diferencia se hace en nosotros ya que el intento como dije puede limitarnos, en cambio hacerlo nunca nos limitará. ¿Puedes hacerlo? la respuesta es siempre la misma, si puedo hacerlo yo lo haré independientemente del resultado. El éxito no es lograrlo, el éxito es haberlo hecho, es habernos animado, es haber caminado hacia la meta. Mientras más enfrentemos la vida mejor estaremos preparados para lo que viene, el enfrentar situaciones nos capacita, nos da fuerza, nos prepara para más.
Cuando era pequeño jugamos un partido de fútbol con un grupo mucho mayor que nosotros, ellos eran campeones y nosotros no éramos nada. Recuerdo que teníamos una motivación tremenda, soñábamos con ganar o mejor dicho vamos a ganar! Finalmente perdimos el partido, es que ellos era mejores y muy superiores, pero recuerdo que eso no nos desanimó por el contrario, al terminar la gente nos decía, con qué valor habíamos enfrentado y un equipo superior, creo que ellos no podían festejar porque no había lograda nada. Nosotros en cambio estábamos súper motivados y felices, hoy hace de esto 40 años, se imaginan no puedo olvidar ese sentimiento. Hoy estoy listo para enfrentar de nuevo a ese equipo si tuviera la oportunidad de hacerlo. No sé qué se espera de mí pero lo haré, si logro o no el máximo eso no será lo que me motive o defina mi éxito; el hecho de enfrentarlo y hacerlo es mi desafío. Pondré de lo mejor.
El llamamiento de Dios en Cristo Jesús, no es intentarlo, es ir hacia la meta, el saber que sea como sea vamos por el camino correcto en el tiempo correcto y a la meta correcta. No nos cansemos de seguir, vamos bien!!
José Luis Malnis
Pastor Iglesia Latina de Munich