Innumerables veces he leído acerca de la incidencia de la alimentación en la salud (aun con un chocolate en la mano). Sé que cosas hacen bien y cuales son nocivas para mi cuerpo. Y aun así, soy de las personas que les cuesta elegir bien y reincide en abandonar hábitos saludables. Quizás el problema sea que sigo más mis deseos instantáneos que el disfrutar del fruto del esfuerzo sostenido en el tiempo. Los procesos y la constancia no son precisamente mi fuerte…
Pero esto mismo se traslada a la alimentación espiritual: no consumo lo verdadero sino que me abandono a lo que el mundo tiene para ofrecerme como alimento. Y a cada momento me expongo, con una actitud inocente y negligente, a los medios, las redes sociales, las filosofías, los chistes, las modas, las tendencias, las ideas del éxito, las amistades y relaciones sin sabor, etc, etc, etc.
No puedo decir que busque aquello que es malo explícitamente; pero esto no significa que sea bueno. Consumir la chatarra de este mundo es parte de nuestra alimentación espiritual. Y dejar de consumir el alimento verdadero, también es parte de la salubridad de nuestro espíritu. ¿Cómo reconoceremos las mentiras del mundo si no las exponemos a las verdades del Reino?. Y ¿Cómo conoceremos las verdades de Dios si no leemos su palabra?
“(…) Jesús les dijo a los judíos que creyeron en él: -Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”
Juan 8:31 -32
Es tan simple, y a veces nos cuesta tanto…
El resultado está a la vista: somos desnutridos espirituales o estamos hinchados de consumir la basura que nos rodea. De una u otra manera el diagnóstico indica que la falta del consumo del alimento verdadero nos ha llevado a esto.
El proceso de crecimiento depende los hábitos que mantengamos. La fidelidad a su palabra es el único camino para ser un discípulo verdadero y no un simple oidor en un auditorio. No hay manera de saber cuál es la verdad si no escucho la voz de Dios que me la revela. Y no hay otra forma de ser libres de las mentiras del diablo.
¿Qué hábito de alimentación espiritual debo cambiar hoy?
“Ahora, hermanos, los encomiendo a Dios y el mensaje de su amor. Él tiene poder para hacerlos crecer espiritualmente y darles todo lo que ha prometido a su pueblo santo”
Hechos 20:32